Encontramos desde nuestro lugar al juego como el principio activo y transformador de la realidad, y consideramos que es desde este punto donde planteamos nuestra tarea. Si tenemos en cuenta que desde Platón, hasta Winnicott, pasando por Freud, Lacan y Klein, entre otros, el juego es un factor determinante en la formación de la personalidad y del desarrollo social. En el territorio lúdico el niño va desarrollando su capacidad de percibir la realidad y de resolver conflictos que le preocupan. El juego necesita que se lo revalorice y que se le de el lugar que merece en todos los ámbitos, es por esto que acercamos nuestros talleres a los docentes, y así poder incorporar esta herramienta en la enseñanza cotidiana.